sábado, 22 de septiembre de 2012

Expresionismo alemán en Bellas Artes



El expresionismo es una corriente que buscaba, como su nombre lo anuncia, la forma de expresar los sentimientos y las emociones del artista, en lugar de presentar la realidad pre y post guerra que se vivía en Austria y Alemania a principios del siglo XX.  Las 249 piezas que se exhiben en el Museo del Palacio de Bellas Artes, provienen a préstamo del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York.

El movimiento se caracterizó por el resurgimiento de una técnica que consideraban primitiva; el grabado en madera. Resaltaban, en su mayoría, las líneas toscas y la estética plana propia de  la técnica; hecha a partir de pedazos de madera, lo cual, eliminaba cualquier intento de profundidad.

La xilografía y la litografía fueron los principales métodos  con los que el expresionismo alemán se extendió, sin embargo, también se utilizaron técnicas como; gouché, aguafuerte, acuarelas, punta seca, carboncillo, pastel, óleo y tinta. Del mismo modo, se usaban matrices en madera y metales, así como bases de tela y papel.

Los colores fuertes, los tonos oscuros, las líneas retorcidas, la falta de formas duras y la casi nula  atención en la perspectiva, resaltan la inestabilidad de los artistas, y sirven como reflejo del sentimiento de la sociedad a través de escenas dramáticas. Del mismo modo, surge la idea de la espiritualidad como un método de  acabar con el materialismo y corrupción de la época. Es aquí donde florecieron la abstracción, el simbolismo y el exceso de color de Kandinsky y Franz Marc.

La mayoría de los artistas de la corriente muestran un compromiso con los problemas sociales y políticos de su tiempo, esto se ve más reflejado a partir del inicio de la Primera Guerra Mundial, en donde los grabados destacaban por los tonos negros y sus imágenes fuertes, mostrando heridos, familias separadas e incluso las propias impresiones de los artistas que como ciudadanos, tuvieron que enlistarse o participar en los servicios médicos militares. La desesperanza se reflejó y a partir de ese momento y hasta la posguerra, el concepto del expresionismo retomó un mayor compromiso.

A lo largo de la posguerra y del establecimiento de las políticas de renovación en Austria y Alemania, la sociedad dejó de confiar en el arte, entonces los trazos se volvieron indiferentes, duros, sin formas claras, los artistas presentaban autorretratos inexpresivos, hicieron un mayor uso de la punta seca y aguafuerte; sin embargo, la xilografía y litografía fueron los más utilizados. Quizá por la experiencia, pero cada vez los trazos eran más exactos, las perspectivas más planas y la ausencia de color más notable.

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