sábado, 22 de septiembre de 2012

“Siempre Di Nunca” A. Magallanes



“Siempre di nunca” es la primera exposición museográfica de Alejandro Magallanes, un mexicano que ha destacado por  la creatividad en sus carteles para cine, teatro y con los que hace lucha social (No + Sangre).

La exposición muestra una variedad de formas y de representaciones artísticas que van desde la fotografía, el dibujo y la instalación tanto en video como de objetos, todos bajo una línea de humor negro y constante ironía.

Destaca la forma en que el artista presenta sus obras, algunas enmarcadas o en mesas, otras en el piso y unas más dibujadas en las paredes.  Los títulos  de cada una se encuentran escritos a mano sobre los muros; unos invitan a imaginar los nombres y otros ya lo tienen, pero de un modo ácido. Lo cual hace que la atmósfera se torne más lúdica y relajada.

Una de las secciones que más disfruté fue la proyección de seis animaciones, se presentaron  en una sala oscura y con colchonetas acomodadas de tal forma que podías apreciar todos los videos  desde una posición cómoda. La constante en ellos, era que siempre existía un “eterno retorno” a la actividad que se presentaba. Era un ir y venir de situaciones sin  final aparente, iba desde la navegación sin rumbo, la autopoiesis del rostro, la regeneración de una lombriz y la imposibilidad de cruzar al otro lado.

En esta parte entra a cuento una de las frases con las que inicia la exposición, en la que se resuelve que de tanto repetir una palabra, ésta termina perdiendo su sentido. Y lo mismo sucede en las imágenes, ya que después de estar mirándolas por un tiempo, se llega a caer en la incertidumbre y hasta en la nostalgia de saber que ese eterno ciclo es más bien una condena.

La forma en que Alejandro presenta sus obras provoca que en el espectador nazcan las ganas de jugar a través de sus palabras y de sus representaciones, invita a ser participe, a entender y a reír con sus ironías. Por momentos, sus obras pueden parecer simples, pero en esa sencillez está latente la imaginación e inventiva de quien las creó.

La relación que la exposición tiene con la realidad juega con las dos palabras que se están viendo todo el tiempo: el siempre y el nunca. Esto como un ciclo en el que el ser humano es su propio héroe y verdugo, es el que se abre las puertas y niega las oportunidades, es el que ve, el que observa o el que prefiere cerrar los ojos a lo que está a su alrededor. Es el que siempre puede hacer pero el que nunca da el paso, tal como se ve en la obra “El muro de los lamentos”.

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